HAY QUE decir la verdad y hay que ser uno mismo, se repite como consejo universal y archisabido, pero en mi caso pronto me di cuenta de que ser “yo mismo” es imposible, porque soy puro multimismo, y mi verdad tan cambiante y gelatinosa que donde dije rat贸n digo jirafa tan solo media hora m谩s tarde. Pero si ya es cosa intrincada ser uno mismo y conocer tu verdad, qu茅 decir cuando esa verdad te la dicen los dem谩s. Dan ganas de correr hacia el refugio at贸mico cuando alguien te lanza un “¿puedo ser sincero contigo?”, porque he conocido personas, y yo mismo fui una de ellas en mis tiempos pezque帽ines, que manejan la sinceridad como un kalashnikov: te ponen ante el pared贸n, aprietan los labios y… pobre ti.