EL DESTINO de la persona que no consigue detener su inteligencia es que su verdad le acabe estallando en las manos y se desperdigue en miles de trozos que ya nunca lograr谩 reunir. Por eso las personas inteligentes se entregan al escepticismo, que es una forma de tristeza, porque el aumento de sabidur铆a no compensa la p茅rdida de intensidad, esa nostalgia por los tiempos en que la verdad exist铆a, la realidad era compacta y pensabas que ten铆as raz贸n.