NI TENGO enemigos ni me creo envidiada ni siento que los dem谩s tengan la culpa de las cosas malas que me pasan. Hay que estar muy acabada para sentirse perseguida, hay que reducir a cero la honestidad con una misma para pensar que la culpa la tienen los otros, hay que desconocer la palabra autocr铆tica para escudarse en la envidia del resto. ¿La envidia? Quien piensa que la envidia existe en tales cantidades es optimista: en los dem谩s no pensamos ni para mal...