SE DA por hecho, si recibi茅ramos un mensaje del espacio exterior, que proceder铆a de una civilizaci贸n m谩s desarrollada que podr铆a destruirnos, pero ese pensamiento cuenta con dos inconvenientes. Olvida que esa civilizaci贸n, precisamente por m谩s desarrollada, no deber铆a desear destruirnos. Y olvida tambi茅n que esa civilizaci贸n quiz谩 no disponga de nuestro poder铆o militar porque se dedic贸 a progresar en los segmentos de verdad esenciales. Me imagino a los extraterrestres huyendo aterrorizados al descubrir nuestra agresividad esencial: “¡Nos hemos encontrado con unos seres subdesarrollados que no saben curar una simple gripe pero cuentan con drones, cazas invisibles y bombas at贸micas!”.