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TODO LO normativo atenta contra la naturalidad del mundo y genera su anti. Cada regla genera su antirregla, cada costumbre su anticostumbre, cada lugar su antilugar. Hasta los 铆dolos deportivos o musicales, cuando se elevan demasiado y amenazan la pluralidad de las estrellas, generan su respectivo ej茅rcito de haters.

Toda propuesta que aspira a orden y centralidad provoca una reacci贸n. No centralices, no unifiques, respeta los derechos previos del polite铆smo y de la polinada, cultiva todos tus ceros...