LA PLUMA es una espada de juguete, pero siempre aparece un cura, un polic铆a o un dictador que se la toma como una espada de acero, por lo que el tigre de papel que somos cada uno de nosotros, de pronto, se convierte en un tigre de verdad que se mira la garra con extra帽eza, asustado de un poder que desconoc铆a.