QUE FIL脫SOFOS tan diversos como S茅neca, Lao-Ts茅 o Epicuro coincidan en condenar a los charlatanes solo se explica por corporativismo profesional: al fil贸sofo le interesa que la palabra no pierda su capacidad de influir, dirigir, da帽ar, iluminar, prevalecer, jerarquizar. Al decir el charlat谩n una cosa ahora y luego otra, al utilizar la conversaci贸n para-matar-el-tiempo, al desvalorizar las palabras y por tanto llenarlas de salud, pone en peligro el gigantesco edificio filos贸fico creado para dominar mediante la espada del lenguaje: el charlat谩n es la persona-esc谩ndalo que le quita el filo a esa espada.