NO ME he encontrado en mi vida a una sola mujer de bandera que no diga que la belleza es superficial pero luego no haga esfuerzos nada superficiales por mantener a toda costa esa belleza. Y no solo la belleza: el vestirse bien, el peinarse con gusto, el mover tu cuerpo armoniosamente, el comer con educaci贸n, el sonre铆r, el tratar a los dem谩s con simpat铆a, todo eso son cosas mucho m谩s importantes que ese tan cacareado “interior” del que todo el mundo habla y nadie se atreve a definir. Interior tengo yo: por culpa de 茅l soy una persona intratable y despreciativa con casi todo lo circundante; tener interior en una existencia que no es noble, ni bella, ni sagrada (Lorca) es correr el riesgo de adentrarse en una soledad cr贸nica y acabar convertido en un cascarrabias a lo Schopenhauer, con m谩s serpientes en el coraz贸n que las que arroj贸 el dios hebreo a los que adoraron al becerro de oro. Cambiar铆a los 47 a帽os de mi interior铆sima vida por ser durante veinticuatro horas la gog贸 de cualquier night club de Madrid.