LOS MILAGROS acaban con las palabras: las religiones recurren a ellos para que no haya debate. La inferioridad de Jesucristo frente a S贸crates o Buda estriba en que la iglesia decidi贸 llenar de milagros al primero, sin duda porque no les parec铆a suficiente la potencia de su pensamiento. Al convertir sus ideas en creencias y sus palabras en dogmas, los primeros cristianos dieron el golpe de gracia a su reputaci贸n de sabio, pues sabio no es quien tiene la raz贸n en todo, sino quien plantea una poderosa antolog铆a de quiz谩s.