LAS DECISIONES hay que tomarlas con la parte nueva del cerebro, la que t煤 te has construido, sin recurrir al instinto o a tu fondo supuestamente m谩s aut茅ntico, porque a menudo lo que crees m谩s insobornable en ti no es m谩s que la costumbre, la tradici贸n, aquello que te marcaron a fuego en tu m谩s tierna infancia, esto es, Dios, Euskadi, Espa帽a, la familia, la masculinidad, el matrimonio, los hijos y, en definitiva, todas esas porquer铆as que te ense帽aron no para que fueras una persona libre, sino para que ocuparas tu lugar en el reba帽o.