T脷 DILE a un gran poeta que es guapo, alto y brillante; dile que sus poemas tienen gracia, frescura, humor, llegada; dile que es el bufal铆simo de todos los b煤falos; que, si despu茅s de decirle esto, le dices tambi茅n que en la p谩gina 76 de su libro duod茅cimo se ha olvidado de ponerle el puntito de arriba a una jota, ese poeta, sea bueno, malo o p茅simo, llegar谩 a casa irritado, no solo consigo mismo sino con el mundo, la panadera, el butanero, el gato y el geranio de la maceta, y en su cabeza las mismas palabras: “¿C贸mo ha podido este gilipollas, que no es nadie, decirme que en la p谩gina 76 se me ha olvidado ponerle el puntito de arriba a una jota?".