LA CAPACIDAD de cr铆tica siempre ser谩 superior a la capacidad de creaci贸n y ese es el motivo de que cualquier escritorzuelo sea capaz de encontrar errores hasta en Dante, Shakespeare, Cervantes o Proust. A la peque帽a vanidad que le nace al lector standard al descubrir que un maestro se equivoca o que tiene versos malos u obras no tan buenas, se le a帽ade el factor de que, siendo la relectura la 煤nica manera de leer verdadera que existe, es tambi茅n la que permite al lector fijarse en los errores del autor. Y si esa relectura se convierte en apego u obsesi贸n, el peligro que corre ese escritor se multiplica, porque los libros son como los discos musicales: si los escuchas cien veces al final acabas odi谩ndolos. ¿Qu茅 autor me queda de los que en el pasado consider茅 “mi preferido” contra el que no haya terminado rebel谩ndome y cometiendo injusticia?