AL LECTOR compulsivo se le conoce cuando caga. Quien aborrece la lectura va al ba帽o, hace de cuerpo y regresa de nuevo al abejer铆o cotidiano sin mayor noticia; pero quien lee masivamente no deja de llenar de libros los alrededores de la taza del v谩ter para tener alimento mientras excreta. La diferencia es grande: mientras el no lector apenas se demora cinco minutos, el lector impenitente puede pasarse media hora o incluso m谩s, haciendo que caga, cuando en realidad est谩 leyendo, esa otra manera de cagar. En las casas de ricos esta costumbre no es ning煤n problema, pues hay ba帽os para todos; pero en las casas populares con familias numerosas un lector voraz es un ser incomprendido:

—¡Patricia, llevas cuarenta minutos de reloj en el ba帽o! ¡Cuarenta minutos!
—Esa... —interviene la madre—, seguro que est谩 leyendo. ¡Patricia, deja ya lo que est茅s leyendo que tu hermano quiere entrar al ba帽o!