NO S脡 qu茅 habr谩 m谩s tonto que la conciencia. A la m铆a le llevo diez a帽os explicando mi decadencia f铆sica y trato de que comprenda mis cada vez menores posibilidades de escribir alguna Eneida o alg煤n Pedro P谩ramo, pero es in煤til. Sus deseos y sue帽os no admiten mengua. Mientras yo empiezo a escuchar el sonido de mi cad谩ver, ella sigue parada en los quince a帽os.