QUE UN sufrimiento se mitiga si te pones a escribirlo, yo tambi茅n lo he notado. Ense帽ar el dolor, sentirse mirado mientras te dueles, aunque t煤 seas el 煤nico lector, es un consuelo que acaba muchas veces en victoria total: te olvidas de tu sufrimiento. Pero esa regla solo vale para los dolores nuevos, los recientes. Con los sufrimientos antiguos sucede lo contrario: uno se pone a escribir de una herida lejana que ni maldita la falta que hace y, a medida que va escribiendo, presentiza el sufrimiento, se pone a sufrir otra vez. El escritor confesional es un tipo que no permite cicatrizar su pasado y no deja de hacerse da帽o, porque siempre est谩 dirigiendo su rev贸lver de palabras contra s铆 mismo. Que Pizarnik, Sexton, Berrymann o Plath se suicidaran no me parece ninguna casualidad: qu茅 coincidencia que todos fueran poetas confesionales.