EL SECRETO del egoescritor es su selva emocional. El mismo desequilibrio que manda a otros a terapia o psic贸logo es el combustible que en nosotros genera l铆neas y folios. Pobre del que trate de ordenarse, quien arriesgue sus demonios a cambio de un 谩ngel cualquiera, quien regale su eterna cuerda floja por una falsa calma que ni crea ni canta ni dibuja. Deja ya de insultarte: asume que no eres feliz ni lo ser谩s nunca, porque en los t茅tanos de tu cuerpo no hay espacio para esa clase de cerezas, pero consu茅late al menos con las propiedades literarias de tu desastre existencial: tu vida en modo drama siempre ser谩 grata a las musas.